Fortaleza

Jericoacoara, o simplemente “Jeri”, es un paraíso escondido entre dunas y lagunas cristalinas. Este pequeño pueblo pesquero convertido en destino soñado conserva su esencia rústica y natural. Sin calles pavimentadas y con atardeceres que emocionan, Jeri es ideal para quienes buscan desconexión, paisajes únicos y un contacto puro con la naturaleza. Kitesurf, caminatas por dunas, baños en lagunas turquesa y noches bohemias bajo las estrellas te esperan en este rincón mágico del noreste brasileño.